lunes, 5 de abril de 2010

SEIS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA

SEIS ESTUDIOS DE PSICOLOGÍA
JEAN PIAGET



INTRODUCCIÓN
Las bases sólidas de nuestra visión del mundo y, por ende, su poca o mucha profundidad, se forman en los años de la infancia. Más tarde esa visión se elabora y perfecciona, pero no se modifica esencialmente.

Jean Piaget se dedicó a descubrir las características de la lógica que subyace en las conductas infantiles y cómo todo conocimiento sobre el mundo que nos rodea se basa en la existencia de estructuras de conjuntos (totalidades) que dirigen la actuación del niño en ciertas situaciones y problemas particulares.
Los niños de una edad determinada responden aproximadamente de la misma manera ante un problema debido a que posees una misma estructura mental.
“Descubrí con estupefacción que los razonamientos más simples que implican la inclusión de una parte en el todo, o en el encadenamiento de relaciones, o también la ´multiplicación´ de clases presentaban dificultades insospechadas para el adulto, entre los niños normales de hasta once años”.

EL DESARROLLO MENTAL DEL NIÑO
El desarrollo psíquico, que se inicia al nacer y concluye en la edad adulta, es comparable al crecimiento orgánico.
Todo individuo pasa por un proceso de maduración tanto psicológico como orgánico, para esto, es necesario atravesar cada una de las etapas de la vida, es decir, infancia, adolescencia, juventud y vejez, esto permitirá que la persona sufra una evolución y entonces sea capaz de adaptarse a su medio ambiente, ya sea social, familiar, laboral, etc. Para así funcionar correctamente. Consiste esencialmente en una marcha hacia el equilibrio.
Podemos afirmar entonces que el desarrollo en el niño no es más que una progresiva equilibración, es decir, es el pasar de un estado menor de equilibrio a un estadio de equilibrio superior.

En cuanto ha concluido la evolución ascendente, comienza automáticamente una evolución regresiva que conduce a la vejez.
Con esto, me parece imprescindible mencionar lo que se establece en el libro de “Un año con Shopenhauer”, pues en este se postula que “Cada soplo de aire que inhalamos impide que nos llegue la muerte que constantemente nos acecha... En última instancia la muerte debe triunfar, pues desde el nacimiento se ha convertido en nuestro destino y juega con su presa durante un breve lapso antes de devorársela. Sin embargo, proseguimos nuestra vida con gran interés y solicitud durante el mayor tiempo posible, de la misma manera en que soplamos y hacemos una burbuja de jabón lo más grande y larga posible, aunque con la certeza total de que habrá de reventarse (un año con Shopenhauer, Pág. 5, 2004).

El desarrollo mental es una construcción continua, por ende, el niño va introyectando todo lo que se le indique, considero entonces importante hacer notar la importancia que tiene la construcción de la vida del individuo, pero principalmente la etapa de la infancia.
Existen mecanismos constantes, comunes a todas las edades, a todos los niveles, la acción supone siempre un interés que la desencadena, ya se trate de una necesidad fisiológica, afectiva o intelectual; a todos los niveles, la inteligencia trata de comprender o de explicar, etc., etc.
No es menos cierto que "los intereses" (por oposición a "el interés") varían considerablemente de un nivel mental a otro, y que las explicaciones particulares (por oposición a la función de explicar) revisten formas muy diferentes según el grado de desarrollo intelectual.
Siempre, en la vida del individuo se presentarán problemas acordes a la situación y a la etapa en la cual esté en individuo, pero hay también mecanismos comunes a todas las edades y muestra de ello es la tendencia a buscar explicaciones a dichos problemas y como consecuencia la solución a los mismos. Es imprescindible hacer notar que no para todas las personas los problemas son igual de graves pues para sentirlos así habrá que estar pasando por la etapa de la vida en la que la persona a quien se le presenta se encuentra.

Vamos a distinguir seis estadios o períodos de desarrollo, 1. El estadio de los reflejos, o montajes hereditarios, así como de las primeras tendencias instintivas (nutrición) y de las primeras emociones. 2. El estadio de los primeros hábitos motores y de las primeras percepciones organizadas, así como de los primeros sentimientos diferenciados. 3. El estadio de la inteligencia sensorio-motriz o práctica (anterior al lenguaje), de las regulaciones afectivas elementales y de las primeras fijaciones exteriores de la afectividad. Estos primeros estadios constituyen el período del lactante (hasta aproximadamente un año y medio a dos años, es decir, antes de los desarrollos del lenguaje y del pensamiento propiamente dicho). 4.- El estadio de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales espontáneos y de las relaciones sociales de sumisión al adulto (de los dos años a los siete, o sea, durante la segunda parte de la
"primera infancia"). 5. El estadio de las operaciones intelectuales concretas (aparición de la lógica), y de los sentimientos morales y sociales de cooperación (de los siete años
a los once o doce). 6. El estadio de las operaciones intelectuales abstractas, de la formación de la personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en la sociedad de los adultos (adolescencia).
Como ya mencioné anteriormente, la persona sufre un constante cambio tanto orgánico como psicológico, al segundo lo llamaremos “psicología evolutiva”, entonces haremos referencia a que ésta mantiene una constante preocupación por el curso de la vida del niño.
El niño habrá de pasar pos una serie de estadios que a largo plazo le llevarán a una maduración psicológica.

Los intereses de un niño dependerán en cada momento del conjunto de las nociones que haya adquirido, así como de sus disposiciones afectivas.
En cualquier individuo habrá intereses tanto personales como sociales, sólo que dependerán de la etapa o estadio que se esté viviendo.

EL RECIÉN NACIDO Y EL LACTANTE
Consiste nada menos que en una conquista, a través de las percepciones y los movimientos, de todo el universo práctico que rodea al niño pequeño.
En el momento del nacimiento, la vida mental se reduce al ejercicio de aparatos reflejos, que manifiestan desde el principio una auténtica actividad, que prueba precisamente la existencia de una asimilación sensorio-motriz precoz.
Un bebé, desde recién nacido hasta cierta etapa no se preocupara más que por demandar que le sean satisfechas sus necesidades personales, para esto implementará sólo lo que le es posible, es decir, el llanto, los gestos y movimientos.
En esta etapa se presenta la succión de los objetos como muestra de satisfacción personal. La manipulación de los objetos será otra actividad satisfactoria.
Aparece después la inteligencia pero se trata de una inteligencia exclusivamente práctica, que se aplica a la manipulación de los objetos y que no utiliza, en el lugar de las palabras y los conceptos, más que percepciones y movimientos organizados en "esquemas de acción".

Cuatro procesos fundamentales caracterizan esta revolución intelectual que se realiza durante los dos primeros años de la existencia: se trata de las construcciones de las categorías del objeto y del espacio, de la causalidad y del tiempo, todas ellas, naturalmente, como categorías prácticas o de acción pura, y no todavía como nociones del pensamiento.
Con esto se establece que no sólo en individuo sufre de una evolución sino que también cada uno de los procesos psicológicos fundamentales, tales como la inteligencia, que pasa por una serie de transformaciones conforme el individuo se desarrolla psicológicamente.
Existe una diversidad de tipos de inteligencia pero la primera en aparecer en el individuo es la sensorio-motriz.

LA PRIMERA INFANCIA DE LOS DOS A LOS SIETE AÑOS
Con la aparición del lenguaje, las conductas resultan profundamente modificadas, tanto en su aspecto afectivo como en su aspecto intelectual. El niño adquiere, gracias al lenguaje, la capacidad de reconstruir sus acciones pasadas en forma de relato y de anticipar sus acciones futuras mediante la representación verbal.
Otro de los estadios en los que se adentra el niño es en el que se presenta la adquisición del lenguaje, mismo que le será de gran utilidad para solicitar el cumplimiento de sus demandas, ahora so sólo tiene el llanto, los gestos y sus movimientos sino además el lenguaje, por ende, es capaz de relatar sus acciones vividas y de anticipar sus acciones futuras respecto a cierta situación.
Un aspecto más que permite la adquisición del lenguaje es el inicio de una socialización, un intercambio de información con más individuos, será capaz también de interiorizar la palabra, en sí, la aparición del pensamiento y por último una interiorización de la acción.

Cuando interviene la aparición del lenguaje, el niño se ve enfrentado, no ya sólo con el universo físico como antes, sino con dos mundos nuevos y por otra parte estrechamente solidarios: el mundo social y el mundo de las representaciones interiores.

El lactante aprende poco a poco a imitar sin que exista una técnica hereditaria de la imitación: al principio, simple excitación, por los gestos análogos de los demás, de los movimientos visibles del cuerpo (y, sobre todo, de las manos), que el niño sabe ejecutar espontáneamente; luego, la imitación sensorio-motriz se convierte en una copia cada vez más fiel de movimientos que recuerdan otros movimientos ya conocidos; finalmente, el niño reproduce los movimientos nuevos más complejos (los modelos más difíciles son los que interesan a las partes no visibles del propio cuerpo, tales como la cara y la cabeza).
El niño se encuentra en una etapa en la que la imitación de los gestos y sonidos son lo más importantes ya que, no encuentra otra actividad más motivadora; la imitación de los sonidos será la pauta para de aparición del lenguaje como tal. Las imitaciones posteriores también irán dando pauta a nuevos procesos hasta formar una pequeña personalidad.
Son tantos los beneficios que proporcionan el lenguaje que uno de los más importantes gracias a este el niño descubre las riquezas insospechadas de realidades superiores a él.

La génesis del pensamiento hace referencia a que la inteligencia sensorio-motriz llegará en un determinado momento a sufrir una modificación para convertirse en pensamiento propiamente dicho, bajo la doble influencia del lenguaje y de la socialización.

El sujeto tiene que comenzar con una incorporación laboriosa de los datos a su yo y a su actividad, y esta asimilación egocéntrica caracteriza los juicios del pensamiento del niño, así como los de su socialización. El pensamiento egocéntrico puro se presenta en esa especie de juego que cabe llamar juego simbólico.
El juego en la etapa infantil es le herramienta más llamativa para los niños, ya que mediante éste son capaces de expresar desde la más mínima necesidad hasta su más grande temor.

El animismo infantil es la tendencia a concebir las cosas como vivas y dotadas de intenciones.
La intuición primaria en el niño se presenta como un esquema sensorio-motor traspuesto a acto de pensamiento, y hereda de él lógicamente sus caracteres.
Hay una cosa que sorprende en el pensamiento del niño pequeño: el sujeto afirma constantemente y no demuestra jamás.

Las transformaciones de la acción surgidas de los inicios de la socialización no interesa sólo a la inteligencia y al pensamiento, sino que repercuten con la misma profundidad en la vida afectiva.
Es por esto afirmar y establecer que las tres novedades afectivas esenciales son el desarrollo de los sentimientos interindividuales ligados a la socialización de las acciones, la aparición de los sentimientos morales intuitivos surgidos de las relaciones entre adultos y niños, y las regulaciones de intereses y valores, relacionadas con las del pensamiento intuitivo en general.

Intereses, auto-valoraciones, valores interindividuales espontáneos y valores morales intuitivos, he aquí, a lo que parece, las principales cristalizaciones de la vida afectiva propia de este nivel del desarrollo.

LA INFANCIA DE SIETE A DOCE AÑOS
La edad de siete años, que coincide con el principio de la escolaridad propiamente dicha
del niño, marca un hito decisivo en el desarrollo mental.
La socialización con personas acordes a la edad es importante para el desarrollo mental del niño y es en la escuela cuando puede presentarse esto, es por ello que este proceso es uno de los más importantes de la vida del individuo, además de que es aquí en donde inicia el proceso de las operaciones concretas.

El niño, después de los siete años adquiere cierta capacidad de cooperación, dado que ya no confunde su punto de vista propio con el de los otros, sino que los disocia para coordinarlos.
A la edad de 7 años ya se tiene cierta conciencia sobre las acciones realizadas por el individuo, además de que ya es capaz de mantener una conversación seria; es capaz el niño ya de seguir y cumplir reglas, así como de hacerse responsable de ciertas obligaciones.

A la intuición, que es la forma superior de equilibrio que alcanza el pensamiento propio de la primera infancia, corresponden, en el pensamiento ulterior a los siete años, las operaciones. Una operación es, pues, en primer lugar, psicológicamente, una acción cualquiera cuya fuente es siempre motriz, perceptiva o intuitiva.
Se espera que a la edad de los siete años el niño ya sea capaz de resolver cierta cantidad de operaciones de tal grado de dificultad ya que se supone que a esta edad ya pasaron por cierto número de periodos escolares. Es entonces importante mantener al niño en un proceso de adquisición de conocimientos académicos que le serán útiles a corto y largo plazo.

GENESIS Y ESTRUCTURA EN PSICOLOGÍA DE LA INTELIGENCIA
La génesis es un sistema relativamente determinado de transformaciones que comportan una historia y conducen por tanto de manera continuada de un estado A a un estado B, siendo el estado B más estable que el estado inicial sin dejar por ello de constituir su prolongación.

Primera tesis: toda génesis parte de una estructura y desemboca en otra estructura. Toda estructura tiene una génesis
Segunda tesis: he dicho hasta aquí que toda génesis parte de una estructura y desemboca en otra estructura.

CONCLUSIONES:
* Todo proceso de evolución al que es sometido el individuo permite que éste en determinado momento llegue a un estado de equilibrio tanto personal como social.
* La omisión de alguna de las etapas de la vida traerá como consecuencia una modificación a largo plazo en el desarrollo y funcionamiento del individuo, entonces se presentara el desequilibrio individual.
* Es necesario estimular al lactante para que se desarrolla satisfactoriamente dentro de cada una de las etapas o estadios establecidos.
* Sólo porque la terrible actividad del aparato genital está adormecida mientras la del cerebro ya tiene toda su energía, la niñez es la época de la inconsciencia y la felicidad, el paraíso de la vida, el Edén perdido, al cual recordamos con añoranza durante el resto de nuestra existencia. (Un año con Shopenhauer, Pág. 63, 2004).
* Una vida feliz es imposible, lo máximo que puede obtener el hombre es una vida heróica.
* Podemos comparar la vida con una tela bordada cuyo lado derecho vemos durante la primera mitad de la existencia y el revés, en la segunda.
El revés no es tan hermoso, pero si mucho más instructivo porque nos permite advertir cómo se entrelazan los hilos en la trama. (un año con Shopenhauer, Pág. 218, 2004).

No hay comentarios:

Publicar un comentario